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                          futuro para EspañaAntonio Jimeno
 Cuando 
                          en la naturaleza un ecosistema se desequilibra, no lo 
                          hace de forma súbita ni en toda su extensión, 
                          sino que empieza con un pequeño desajuste en 
                          alguna de sus regiones periféricas. Si el problema 
                          se agrava, generalmente el ecosistema se divide sobreviviendo 
                          la zona menos afectada. Si el problema continúa, 
                          el proceso se repite y se llega a unos ecosistemas tan 
                          pequeños que ya no son sostenibles, es decir 
                          muchas especies no disponen del espacio mínimo 
                          para sustentarse. Lo mismo sucede con los países, 
                          con las empresas, con las entidades sociales, etc. El 
                          pasado 15 de agosto, el señor Manuel Pulido Mendoza, 
                          profesor en una Universidad de Guatemala, publicó 
                          el artículo "La 
                          grave crisis del modelo territorial español", 
                          en referencia a los nacionalismos en España. 
                          Tras un análisis acertadísimo de la situación, 
                          que anima al lector a estar de acuerdo en todo con el 
                          autor, se proponen una serie de soluciones que, en mi 
                          opinión, lo que conseguirían es aumentar 
                          el problema. Por ejemplo: a) 
                          Pensar que ofreciendo a los separatistas catalanes un 
                          régimen fiscal parecido al del País Vasco 
                          o al de Navarra, se satisfacerían sus reivindicaciones 
                          y éstos ya no querrían separarse del resto 
                          de España. Todos los que vivimos en Cataluña 
                          sabemos que a los dirigentes separatistas no les interesa 
                          eso, ni nunca les interesó. Sabemos que solo 
                          quieren la independencia, que no se contentarán 
                          con menos y que si alguno de ellos se atreviera a decir 
                          que con eso ya habría que llegar a un acuerdo, 
                          entre los suyos automáticamente pasaría 
                          a ser considerado un traidor. A los catalanes que no 
                          somos separatistas lo que realmente nos asusta, es que 
                          los dirigentes del resto de España piensen que 
                          saben más que nosotros en este tema.  b) 
                          Pensar que pasando la gestión de la educación 
                          desde la Consejería de Enseñanza de Cataluña 
                          a los diferentes ayuntamientos, los padres ya podrían 
                          elegir democráticamente y autónomamente 
                          la lengua vehicular y el currículo de la enseñanza. 
                          Si se hiciera eso, ni los pocos alumnos que han conseguido 
                          recibir un 25% de las clases en español, lo podrían 
                          seguir haciendo. Si lo han conseguido es porque un juez 
                          así lo determinó en base a una ley española. 
                          Y en cuanto al currículo, los alumnos pasarían 
                          de estudiar solo el entorno geográfico e histórico 
                          de su Comunidad, a estudiar solo la geografía 
                          y la historia de su municipio, que todavía sería 
                          una peor preparación para su vida de adulto. 
                           c) 
                          Privatizar toda la sanidad para hacer más eficiente 
                          la gestión, dejaría a los más 
                          desfavorecidos, a los que tienen una enfermedad crónica 
                          costosa y a los que son mayores de 65 años sin 
                          acceso a las mutuas médicas. La razón 
                          es que no hay ninguna entidad que admita un cliente 
                          nuevo con esas características. Solo el Estado, 
                          con su red de centros públicos y de centros privados 
                          concertados, puede responsabilizarse de un buen servicio 
                          para todos.  La 
                          solución al modelo territorial español 
                          pasa justo por lo contrario de lo que propone el autor, 
                          pasa por mantener su unidad territorial, porque cuanto 
                          mayor es un país, más posibilidades tiene 
                          de emprender grandes proyectos, de apostar por potenciar 
                          determinados sectores de futuro, de desarrollar políticas 
                          que disminuyan las diferencias entre las regiones, de 
                          defender los derechos de sus ciudadanos a nivel internacional. 
                          Por ejemplo, actualmente un ciudadano kosovar, montenegrino 
                          o macedonio hoy puede conseguir mucho menos de la UE, 
                          que cuando antes era un ciudadano yugoslavo. Por todo 
                          ello, a ningún ciudadano le interesa ser de un 
                          país pequeño en la UE. El 
                          futuro de España pasa indefectiblemente por reestructurar 
                          el modelo de las Autonomías, estableciendo un 
                          control, a través de los correspondientes ministerios, 
                          de lo que se enseña en las escuelas de todas 
                          las comunidades autónomas, desde la enseñanza 
                          Primaria a la enseñanza Universitaria, no permitiendo 
                          que se den títulos a los que no han adquirido 
                          los conocimientos establecidos, controlando que los 
                          servicios sanitarios, sean públicos o privados, 
                          se ajustan a los estándares previstos, retirando 
                          los convenios a los centros que no lo cumplen, subordinando 
                          todos los cuerpos de seguridad a la policía nacional 
                          y a la guardia civil, prohibiendo los mensajes en los 
                          medios de comunicación que atentan a la unidad 
                          de España y prohibiendo la existencia de partidos 
                          políticos que promuevan la separación 
                          de una parte de la nación. En resumen, controlando 
                          el buen ejercicio de las competencias transferidas, 
                          cumpliendo así la principal obligación 
                          que tiene cualquier Gobierno, que es la de evitar que 
                          se cometan fraudes a los ciudadanos, incluyendo la manipulación 
                          ideológica de los ciudadanos. Antonio 
                          Jimeno
  
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