Justicia
y democracia
Antonio
Jimeno
Se
ha iniciado una campaña mediática a favor
de considerar que el proceso secesionista catalán
es un enfrentamiento entre dos partes, que es necesario
solucionarlo dialogando y que para ello, convendría
no insistir en que la soberanía reside en el
pueblo español, ya que esto cerraría el
camino a una solución pactada. Un ejemplo de
este planteamiento es el artículo "Definir
el conflicto catalán" de Daniel
Innerarity, profesor de la Universidad del País
Vasco, publicado en La Vanguardia de Barcelona el pasado
8 de junio de 2019. Se trata de un planteamiento capcioso
ya que iguala los que se saltaron las leyes con quienes
las defienden, y a los agresores con los agredidos.
Este grave error se intenta justificar diciendo que
lo importante es conseguir una paz duradera.
Ninguna
solución a un conflicto es una solución
buena y definitiva si comporta ser injustos con las
víctimas, es decir si comporta incumplir las
leyes. Los conceptos de que "hay
que dialogar" para llegar a la paz y
de que "lo más
importante es que haya paz", son los
dos argumentos clásicos de los que quieren cometer
una injusticia sin que se note, es decir de los que
quieren engañar a la sociedad. Estas dos ideas
son las que más se utilizan para disimular que
los gobiernos demócratas están dispuestos
a aceptar que ganen los violentos. Se utilizaron, por
ejemplo, cuando el gobierno de España estaba
negociando en secreto con ETA y, fuera de España,
cuando el presidente colombiano Juan Manuel Santos negociaba
con la guerrilla de las FARC.
En el proceso independentista catalán muchos
medios aceptan sin pestañear mentiras como que
los dirigentes secesionistas digan, en nombre de todos,
cosas como "los catalanes queremos tal cosa"
o "los catalanes no tenemos rey", cuando eso
es solo la opinión de una parte de los catalanes;
o que digan "es que ustedes no quieren dialogar",
cuando en realidad lo que están pretendiendo
es que la otra parte acepte lo que ellos dicen, o que,
como propone el señor Daniel Innerarity, se pida
"una reciprocidad" entre las dos partes, como
si fuera lo mismo defender el cumplimiento de la ley
y el respeto de los derechos de los ciudadanos, que
el incumplirlas y atacar los derechos individuales más
básicos de los que no piensan como ellos, como
por ejemplo excluir el español de la enseñanza,
de los medios de comunicación, de la administración,
de las empresas, etc.
El único camino válido a seguir, en contra
de lo que propone el señor Innerarity, es el
de la aceptación del
cumplimiento de las leyes y de las sentencias que de
ello se deriven, del restablecimientos de los derechos
ciudadanos a los catalanes que no son secesionistas,
y el del respeto al sistema democrático como
única vía para conseguir un objetivo político,
y que es ganar unas votaciones en el Congreso, que es
muy distinto de iniciar negociaciones para saltarse
las leyes.
Barcelona,
9 de junio de 2019
Antonio
Jimeno
Presidente del Sindicato AMES
www.ames-fps.com
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